Por Pánfilo Naranjo
Con los pies bien puestos en la tierra, pero con la vista puesta en lo alto, Fabiola Alanís Sámano, precandidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al Senado de la República por Michoacán, mantiene la mesura ante las opiniones que la colocan por delante de todos y todas las aspirantes.
Ni por un instante alardea de la privilegiada posición en la que la ubican ni tampoco se regodea por haber estado en el gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador ni por su reconocida trayectoria política en la izquierda.
Realiza intensos recorridos por el estado, reuniéndose con diferentes sectores sociales y una vez a la semana acude puntual a la cita con los medios de comunicación y no rehúye ninguna pregunta, a todo responde; no hay elección de estado, responde, ni tampoco se está colgando de los logros obtenidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador para fortalecer su campaña.
No hay necesidad de eso, la ciudadanía conoce los programas sociales de López Obrador y los valora.
Claudia Sheinbaum convoca a la unidad nacional y eso mismo debe hacerse en Michoacán donde, admite, hay diferencias de matices, sobre todo en los varones, en las mujeres no ve eso, pero expresa su confianza de que, al final, esas discrepancias se harán a un lado.
Claudia Sheinbaum estuvo en Pátzcuaro y Zacapu el día jueves y ahí la precandidata morenista a la presidencia de la república se acercó y saludo a Fabiola Alanís y de inmediato eso se tomó como un mensaje de que Alanís Sámano es la elegida, Fabiola no lo ve así y se someterá al escrutinio de las encuestas.
Confía en ese método y, sobre todo, en su capacidad y en el conocimiento que tiene de Michoacán para alzarse como candidata, pero, si los resultados no le favorecen, sabiendo que lo importante es el proyecto de la Cuarta Trasformación, se sumará a las o los ganadores.
Es Fabiola, Fabiola es así.