Inició como un pequeño recorrido en el Barrio de las Capuchinas convocado por el Padre Joaquín Altamirano, que se convirtió en parte las actividades tradicionales de la Semana Santa para después modificar y ampliar su recorrido a la Calle Real de Morelia, y consolidarse como uno de los eventos de fe más atractivo, la segunda procesión más importante del país.
Como una tradición instituida, se ha convertido en icono de la ciudad con un impacto social que alcanza tanto a los habitantes de la ciudad como el turismo, una de las manifestaciones de religiosidad popular más esperadas, según lo compartió en conversación con este medio de comunicación, Guillermo Isael Rodríguez Cruz, Presidente de la Asociación Civil Tradiciones Michoacanas.
“Es una expresión de fe que se organiza por la feligresía de la Ciudad de Morelia, pero no improvisada, nos preparamos de manera espiritual y logística, pero sobre todo espiritualmente para acompañar a la Virgen María y contemplar desde su visión la redención de nuestro señor Jesucristo por su pasión y muerte”.
En el recorrido, participan más de mil 500 personas pertenecientes a 22 cofradías, algunas de ellas autónomas, pero todas motivadas por ese sentido de religiosidad y devoción mariana, para lo cual realizan una preparación introspectiva sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, hecho que marcó la fundación de la fe Cristina, hace casi 2 mil años.
LISTOS PARA RECIBIR A LOS VISITANTES
Para el representante de la Asociación de Comerciantes y Vecinos del Centro Histórico de Morelia (Covechi), Alfonso Guerrero Guadarrama, se trata de una acto religioso muy importante para nuestra ciudad, no sólo para el Centro Histórico, ya que acuden personas de todas las colonias y de diversos lugares del Estado e incluso de la República Mexicana.
Vemos entre 20 a 25 mil personas, quienes observan la procesión desde las banquetas, portales y balcones de las casas, hoteles, restaurantes y demás establecimientos, en ese sentido los vecinos se preparan en la atención de los visitantes y turistas, sobre todo considerando la época de calor.
“La dinámica de la procesión genera sí una derrama económica, pero lo importante es cómo nos preparamos para atender de manera adecuada al turista, además tenemos convenios con guías de turistas para ampliar la oferta y promocionar recorridos por distintos destinos del Estado”, señaló.
Entonces el impacto socioeconómico va más allá; sin embargo llegan otras implicaciones que tienen que ver con el orden público y la seguridad, puesto que para generar el ambiente propicio para el deleite visual de los asistentes es necesario permanezcan las luminarias de calles y edificios apagadas.
“Eso lo aprovechan algunas personas para delinquir, los cristalazos es lo más común, por ello sólo se apagan las luces por donde se realiza el recorrido, y el resto del Centro Histórico conserva su iluminación habitual”, explicó.
TRADICIÓN ARRAIGADA CON LOS AÑOS
Como ya lo mencionamos, el origen de la Procesión del Silencio se remonta al siglo XVIII, en diversas regiones de la Nueva España, Morelia cuya tradición colonial conlleva una evidente influencia religiosa conserva dichas costumbres que se fueron arraigando gracias a la participación activa de los feligreses.
Según el relato de Guillermo Rodríguez, hace 43 años el Padre Joaquín Altamirano inició la tradición en la Parroquia de Capuchinas, un recorrido pequeño apoyado por los feligreses, quienes fueron creciendo en número. Por cerca de 16 años se convirtió en una costumbre de los morelianos y no sólo de los habitantes del barrio, acudir a la procesión.
Fue en el marco de la celebración por el 450 Aniversario de la Fundación de Morelia que se invitó al Padre Altamirano a llevar la procesión al Primer Cuadro de la Ciudad, lo que abonó a la popularidad del evento religioso.
Diez años más tarde toma un nuevo sentido y es retomado por los laicos para su organización. En 2003, Rodríguez Cruz, participantes desde 1990 se convierte en coordinador; para 2005 pierde la vida su fundador, pero la tradición continúa.
Es en 2010 cuando surge la Asociación Civil Tradiciones Michoacanas y con ese sentido de formalidad llega una etapa de crecimiento al integrarse nuevas cofradías. En el ámbito público, el Ayuntamiento de Morelia se involucra como patrocinador a través de la Secretaría de Turismo Municipal con una partida presupuestal para estos efectos.
Participan también cofradías independientes quienes se encargan de la compra de sus atuendos y elementos necesarios para su participación. Pero también Padrinos que prevén los gastos en particular de las necesidades como mantenimiento, flores y vestido de la Virgen de la Soledad, figura a la que se acompaña en el recorrido.
LA 43 PROCESIÓN DEL SILENCIO EN MORELIA
En espera de hasta 40 mil personas, este Viernes Santo se llevará a cabo la edición 43 de la Procesión del Silencio en Morelia con la participación de mil 500 feligreses 22 Cofradías quienes se preparan previamente con rituales de meditación respecto de la Pasión de Cristo, la base, los relatos de Luisa Picarreta, quien escribió Las 24 Horas de la Pasión.
Retiro, charlas de meditación, hora santa, misa de envió y confesiones alistan a los integrantes de las Cofradías para acudir en estado de gracia a la conmemoración silente de uno de los episodios más dolorosos en la historia de la fe Católica.
“La gente va con ese sentido penitencial y el mensaje de fe, que se ve en la devoción y amor a la Virgen María y su hijo Jesús y que se transmite a los miles de espectadores, que de manera respetuosa disfrutan del recorrido y realizan su propia introspección”.
Aunque su origen es una expresión de fe, es tan atractiva para los paseantes, quienes inminentemente voltean los ojos a Morelia, es tan grande la espiritualidad que se vive que logra sacudir emociones, está plagada de cultura y arte, porque comprende también el paso de imágenes sagradas que salen de su recinto para mostrarse a todos.
La Procesión del Silencio iniciará en punto de las 19:30 horas, partiendo de la Calzada Fray Antonio de San Miguel, hacia Catedral, donde el Arzobispo Carlos Garfias Merlos dará el pésame a la Virgen de la Soledad, arribo que se estima entre las 20:00 y 21:00 horas, para de ahí continuar su recorrido hasta su sede original el Templo de Capuchinas a las 22:00 horas, aproximadamente.