Por Lucio izquierdo
Ahora el gobernador Silvano Aureoles Conejo, más allá de su ridículo silbido, trae la onda de que quiere escuchar al pueblo. Vale, soy parte del pueblo, le tomo la palabra y que me escuche.
Ya estoy hasta la madre de que esa plaga ambiental llamada aguacate, crezca sin control y se vaya extendiendo por todo el estado, destruyendo bosques y acabándose el agua de la entidad. Ante la vista de las autoridades, que dirige Aureoles Conejo, el cultivo de aguacate ya abandonó su reducto inicial –la región de Uruapan, Tancítaro, Tacámbaro, Ario de Rosales- y llegó a Morelia. Ahí en Capula hay grandes plantíos y el gobierno de Silvano no hace nada. Tal vez los nombres de los propietarios lo hagan hacerse de la vista gorda…..Y Silvano, nada más silbando.
Estoy hasta la madre de la inseguridad que se vive en todo Michoacán. Y, tú, Silvano te lavas las manos, como Herodes, y dices que le corresponde a la federación lo de los homicidios, a los que tú, como un juez, que no eres, relacionas con el crimen organizado. Los delitos se cometen en Michoacán y debes atenderlos. Escucha, pues, al pueblo que demanda seguridad…Pero tú, Silvano, nada más silbando.
Estoy hasta la madre de que estés agarrando la federalización de la nómina educativa como bandera para ocultar tu oportunismo político. Eso no hiciste cuando fuiste diputado ni tampoco en los primeros años de tu gobierno. Esa bandera la enarbolaste hasta que se fue tu padrino Enrique Peña Nieto. Los maestros te lo recuerdan a cada instante…Y tú, Silvano, nomás silbando.
Y, como eso, hay mucho por hacer en Michoacán, pero, silbando, como lo haces tú, Silvano, no se va a lograr. Con un silbidito no vas a resolver los destrozos de las carreteras estatales; tampoco la contaminación de ríos y lagos; mucho menos los asaltos en la Siglo XXI; el desempleo….Es mucho lo que hay que hacer en Michoacán, pero Silvano se la pasa silbando.
Tú me querías escuchar, me escuchaste, y, como yo, son miles los que piensan de igual manera…………Deja de silbar y ponte a trabajar.