La decisión del Instituto Nacional Electoral (INE) de establecer que los partidos políticos que participen en las elecciones intermedias de 2021 deberán postular al menos a siete mujeres en los 15 comicios para renovar gubernaturas, para respetar la paridad de género, ya fue impugnada por el Senado, en un tema que decidirá de forma definitiva el Tribunal Electoral.
Hasta ahora se impondría un proyecto para ratificar el 8-7 impuesto por el INE.
Discusiones en Morena y preocupación en la oposición.
El momento más álgido se vivió hace apenas unos meses, cuando Felipe Fuentes propuso un proyecto para tirar las encuestas de Morena.
El pleno de la sala superior quedó fracturado como nunca después de esa pelea. Ahora una nueva crisis pone en jaque los equilibrios transitorios que se habían logrado.
La discusión sobre el cupo de género vuelve a exponer las viejas heridas.
Ocurre que el INE determinó que en estas elecciones se debe cumplir con un cupo de género en las candidaturas para las 15 gubernaturas que renovarán autoridades.
De este modo, los partidos deben proponer a 8 hombres y 7 mujeres como postulantes en las entidades.
Una resolución muy controvertida porque no existe ningún sustento jurídico de fuste para avanzar en esa vía.
“¿Quién nos asegura que el INE no saque una resolución más adelante que prohíba dos presidentes hombres o dos presidentes mujeres consecutivas?”, explicó a LPO uno de los integrantes del Tribunal Electoral, que por estas horas busca tirar ese cupo de género.
Y agrega: “Se están forzando las leyes, y en jurisdicciones diferentes.
Porque se podría establecer que cada entidad cumpla con un cupo de género en diputaciones locales y ayuntamientos, pero plantear equidad entre jurisdicciones electorales diferentes, no tiene fundamento”.
Muchos expertos en derecho electoral afirman que esta decisión tiene el mismo soporte legal que proponer que después de un Presidente hombre, la ciudadanía deba elegir a fuerza una Presidente mujer.
Es decir, llevar a un extremo el legítimo reclamo de equidad de género.
Pero detrás de la discusión jurídica, también operan cuestiones políticas muy interesantes. Por un lado, en la oposición ya se cabildea fuerte bajo la idea, o más bien preocupación, de que los partidos tradicionales como el PRI o el PAN no cuentan con muchas figuras femeninas que puedan competirle a un Morena que se potencia con la imagen de AMLO.
En Morena, también existen dos posiciones que debaten riesgos y beneficios.
Mario Delgado, por caso, aceleró al máximo los resultados de las encuestas para poder anticiparse a un eventual fallo contrario al cupo de género.
Hasta ahora ya confirmó a Layda Sansores en Campeche, a Marina del Pilar en Baja California, Clara Luz ya está abrochada para Nuevo León y el lunes confirmarán a Lorena Cuellar o Dulce Silva en Tlaxcala.
Ricardo Monreal, con una vasta formación en derecho constitucional, dice en conversaciones privadas que en efecto la resolución del INE beneficia electoralmente a Morena. Pero también lo expone a riesgos: el INE del que suele quejarse AMLO estaría ganando terreno sobre competencias que sólo le corresponden al Congreso de la Unión.
Esta apasionante discusión tiene una tercera variable de fondo: la reciente pelea por la nueva presidencia del Tribunal Electoral.
Felipe Fuentes no pudo reelegirse, y el oficialismo se partió en dos, detrás de las ambiciones del magistrado Vargas y de su compañero Indalfer.
Vargas ganó y arrancó su mandato con fuertes turbulencias, saldo de esas disputas en la 4T.
Ahora quienes juegan a contar los votos de manera anticipada dicen que Monica Soto y Janine Otálora votarán en favor del cupo. Comprensible.
Entre los hombres la posición es más incómoda: fundamentos jurídicos, lecturas electorales y el debate feminista se cruzan en esta parada.
Pero en Palacio dicen que se conseguirían al menos los otros dos votos para avalar el cupo. “Se va a aprobar, aunque la oposición esté presionando a varios magistrados”, dicen en la 4T.
El plan B que se analiza este fin de semana es posponer aún más la resolución para que el Congreso meta una iniciativa fast track y legisle sobre este tema.
Así quedarían despejadas todas las dudas sobre el rol del INE.