La insensibilidad de la diputada Anabet Franco Carrizales y el diputado Reyes Galindo Pedraza los está llevando a que juntos estén haciendo historia como depredadores de los derechos laborales de trabajadores del Congreso a los que estigmatizan llamándolos de “confianza”, lo que implica que hay, también, de “desconfianza” y dentro de estos pudieran estar esos dos legisladores.
Para todos los hombres y mujeres de este país está reconocido el derecho al trabajo y son precisamente los legisladores, federales y estatales, los que están obligados a tratar de que ese precepto se cumpla, pero la Franco y el Galindo caminan en sentido opuesto y a más de cuatro decenas trabajadores del Congreso, la mayoría mujeres, los han condenado al desempleo.
Lo peor es que esos legisladores saben que son aves de paso y quieren, parece que esa es su intención, llevarse con ellos a decenas de trabajadores que tienen ya varios años desempeñando su labor y fue precisamente con la llegada de la Franco y el Galindo a la Jucopo cuando arreciaron los ataques en contra de esos trabajadores.
Hay diputados y diputadas que no están de acuerdo con la postura de la Franco y el Galindo, como Juan Carlos Barragán Vélez, que están a favor de que se revise caso por caso de los trabajadores que aquellos pretenden acuchillar.
Barragán Vélez expresó su desacuerdo con el hecho de que la Franco y el Galindo no informen de esa drástica decisión al resto de los diputados y que ese dúo esté tomando actitudes sin criterio alguno.
El revés a la Franco y el Galindo se lo pueden dar Rogelio Andrade Vargas y Edelmira Mendoza Moreno, Secretario General y Secretaria de Conflictos del STASPLE, respectivamente, quienes conocen el desempeño de sus compañeros y, por lo mismo, lucharán por quienes merecen mantener su puesto.
Extraoficialmente corre el rumor de que algunos trabajadores ya cobraron la segunda quincena de febrero, pese a que los condicionaban a firmar su finiquito, y por lo mismo, la dupla de la Franco y el Galindo ya tienen una lista de despedidos.