Semana fue, la anterior, intensa en acontecimientos que dibujan perfectamente lo que se avecina para el 2024.
Más allá de la contienda entre los principales aspirantes a suceder a AMLO, que sólo interesa a los grupos capitaneados por la decrépita clase política, en espera de que, al atinarle al que resulte con la candidatura por morena para la presidencia de la república, puedan ser los que definan las candidaturas a los demás puestos de elección popular que se jugarán en el 2024. Se parte de que quien represente al partido morena en la candidatura por la presidencia de la república en el próximo proceso electoral, se llevará, con toda seguridad, el triunfo. La oposición de la derecha y la ultra derecha, jugará con todo su bagaje de chapucerías, pero será, sin duda, una magra oposición. Esa es una gran certeza.
Hasta aquí, todo parece normal y sólo se manifiestan con rigor inédito, los oportunismos de quienes tienen tres veladoras encendidas o quienes apagan la que tenían encendida por un precandidato y, apresuradamente, encienden la de otro y, así, hasta que lleguemos, ya falta poco, al ungimiento definitivo. Los aspirantes principales cometen un error, tal vez por desconocimiento o por costumbre política, pero confían demasiado en la decrépita clase política que no representa nada y que, además, apestan a corrupción y oportunismo extremo, y se alejan de los verdaderos promotores del voto y de las ideas transformadoras.
Lo interesante de este proceso, es que no sólo, y creo que a muchos lo anterior no les resulta tan atractivo, se dinamiza el ambiente por los tres principales, sino que se advierte un alza en la intensidad de los que buscan protagonizar el próximo proceso electoral, pero desde los espacios más inmediatos, los que tienen que ver con las diputaciones locales y federales, las senadurías y las presidencias municipales. Ahí es donde está lo novedoso. Ahí, es donde nacen y crecen las incertidumbres para el partido de estado.
Para una gran mayoría de activistas, ser candidato de morena no representa, como si lo fue en el 2018, cierta garantía de triunfo. Hoy, con el desgaste prematuro y artificial de morena, digo artificial porque fue casi programado desde las instancias de gobierno, y por la experiencia inmediata del 2021, la mayoría de aspirantes busca una candidatura por cualesquiera otros partidos, sabedores de que la “supuesta plancha” de morena, que lo será de puros candidatos priistas, panistas y perredistas, no representan una verdadera competencia, a no ser que se desplieguen, como buenos aprendices de perredismo, priismo y panismo, las prácticas fraudulentas de tan infausto recuerdo en la memoria de los mexicanos.
Por doquier, se suceden reuniones, la mayoría con muchos de los que fueron principales referentes de morena en otros tiempos, que son los que siguen representando la “Verdadera 4ª Transformación”. Los partidos añejos, cuéntese entre ellos a morena, si no por su edad, sí por sus prácticas, tendrán que recurrir cada vez con mayor descaro al acarreo, a la compra de votos, a la manipulación de la pobreza y la necesidad, práctica ésta de lo más indigna y aberrante, puesto que sus principales operadores o activistas están fuera de su órbita.
Será de lo más novedoso ver a muchos buenos compañeros de lucha contendiendo por un partido, a veces no tan afín a sus ideales, pero lo cierto es que, en este momento, los partidos políticos, además de escandalosas franquicias indecorosas, son el único vehículo jurídico para estar en la competencia por los diferentes puestos de elección popular. Todo esto se pudo observar en sendas reuniones con personajes de clara trayectoria política de lucha y de izquierda que se sucedieron el fin de semana. En una reunión, convocada por compañeros del grupo político G-21- ATM, con cerca de 100 asistentes, se puso de manifiesto que no tenemos por qué dar nuestro voto a quienes han sido apóstatas de los principios de la 4T, al contrario, es momento de encumbrar a nuestros candidatos con la clara intención de que sólo así se defiende y se impulsa la transformación del país, ya iniciada. En otra reunión, con menos asistencia, pero no de menor calidad, los asistentes, pusieron a discusión los mismos temas: ¿quién nos debe representar en el próximo proceso electoral? Y ya no hay duda. No serán los prianrredistas embozados de guinda a los que apoyaremos, serán los verdaderos defensores e impulsores de que la 4T, no sólo continúe, sino que se consolide, se profundice y amplíe su aplicación. Así están las cosas y así se irán definiendo en el futuro.
Por último, qué mal le están pintando las cosas para Alfonsino y su atraco, por todas partes se manifiestan problemas que sólo expresan la ineficiencia, la consabida corrupción de los que conciben los puestos de elección popular sólo como oportunidades para el negocio y el enriquecimiento particular y una extrema miopía para detectar los graves problemas del municipio, así como una irresponsable falta de voluntad política para enfrentar su solución. Destacamos la inseguridad en Morelia, que no depende totalmente del municipio, pero si expresa a un ayuntamiento atolondrado y en perfecto estado de derrota, así como una total falta de coordinación entre las instancias pertinentes. Es hora de ir por otro gobierno municipal.