José García Segura
Enero 26 de 2023… La expropiación petrolera, decretada por el presidente Lázaro Cárdenas
del Río en 1938 fue un acto soberano, revolucionario y nacionalista contra quienes se negaban a respetar las leyes mexicanas.
El Fest anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para este 18 de marzo es un evento partidista, guindado, favorable, sin duda, a la corcholata mayor y regente de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Tata Lázaro puso en su lugar a las compañías inglesas y norteamericanas.
El predicador del sur busca notoriedad, sentirse alabado, elegido, adorado.
El presidente michoacano comunicó a sus iguales lo de la expropiación de bienes materiales porque el subsuelo es y será siempre patrimonio de los mexicanos.
El lagarto de Macuspana seguramente dirá a su “pueblo bueno y sabio” lo que el oído casto quisiera escuchar.
Para pagar la deuda generada, mi General recibió apoyo económico sin distingo de clase social por conducto del Comité Femenino Nacional pro Pago de la Indemnización Petrolera a cargo, entonces, de doña Amalia Solórzano, madre del ingeniero Cuauhtémoc y abuela del Antropólogo Cárdenas Batel, ex gobernador de Michoacán y cercano al presidente López Obrador.
En su mensaje el Tata decía:
“Se trata de un caso evidente y claro que obliga al gobierno a aplicar la Ley de Expropiación en vigor, no sólo para someter las empresas petroleras a la obediencia y a la sumisión, sino porque habiendo
quedando rotos los contratos de trabajo entre las compañías y sus trabajadores, por haberlo así resuelto las autoridades del trabajo, de no ocupar el gobierno las instalaciones de las compañías, vendría la paralización inmediata de la industria petrolera, ocasionando esto males incalculables al resto de la industria y a la economía general del país.”
En los días previos a la expropiación, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje y la Suprema Corte de Justicia ordenaron a los extranjeros pagar el aumento salarial.
Nunca hicieron caso.
Francisco J. Múgica, michoacano y constituyente redactó el decreto expropiatorio de maquinaria, refinerías, centros de distribución, barcos y oleoductos propiedad de las compañías El Águila, las navieras San Cristóbal y San Ricardo; la Huasteca Petroleum; Sinclair Pierce Oil Company; Mexican Sinclair Petroleum Corporation; Stanford y
Compañía; Penn Mex Fuel Company; Richmond Petroleum Company; California Standard Oil Company of México; Compañía de Gas y
Combustible Imperio; Consolidated Oil Company of México; Compañía Mexicana de Vapores San Antonio y Sabalo Transportation Company entre
otras.
El evento de López Obrador programado para el sábado 18 de marzo es más bien propagandístico, corcholatero.
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