Por Juan Pérez Medina.
¿Qué por qué ando defendiendo a los palestinos?
¿Qué por qué lleno mis redes de textos e imágenes denunciando el Genocidio en Gaza?
¿Qué por qué ataco siempre a Israel y los Estados Unidos y defiendo a Cuba y Venezuela?
Qué mejor me preocupe por mi país, por el sufrimiento de tantos a manos de la 4T.
Qué soy candil de la calle y oscuridad de la casa, cuando el país está en manos de un narco gobierno.
Perro yo sigo con lo mismo. Defendiendo lo correcto. Lo que pasa en gaza con los palestinos es la más grande bestialidad que se ha conocido. Comparable únicamente con los guetos de exterminio que crearon los nazis. Todos los días denuncio la barbarie de los que en nombre de la civilización, matan sin consideración alguna. Todos los días condeno ese crimen que, en primera instancia, se realiza en contra de los palestinos, pero que es contra todo aquel que no parezca occidental, anglosajón.
Una limpia dice el gobierno israelí que está haciendo en Gaza, Una limpia étnica es lo que estamos observando en silencio unos e indiferentes los más. Ya lo anunció Donald Trump: se hará una nueva ciudad bajo los escombros -y se le olvidó agregar: “bajo los miles de cadáveres”- la nueva Riviera del Medio Oriente.
¿Cómo no voy a insistir en la denuncia y la condena si, de acuerdo con el diario de Washington Post, el plan de este miserable pretende a la reubicación voluntaria de los aproximadamente dos millones de residentes de Gaza en otros países o en zonas seguras dentro del territorio, devastado por casi dos años de guerra?
De acuerdo con lo dicho por el influyente diario, Gaza sería administrada durante diez años por el llamado Fideicomiso para la Reconstitución, Aceleración y Transformación Económica de Gaza (GREAT Trust), para dar paso luego a una “entidad palestina reformada y desradicalizada”, es decir, que Estados Unidos planea quedarse con el territorio de Gaza por una década, según él, para luego regresarlo a los palestinos. Nunca en la historia, a un país ocupado y, sobre todo por los Estados Unidos, le ha ido mejor con la ocupación, ni después de ella.
Según el Washington Post, el proyecto fue desarrollado por algunos de los israelíes que están detrás de la Fundación Humanitaria de Gaza (FGH), una organización privada apoyada por Israel y Estados Unidos creada según, para distribuir ayuda alimentaria, la misma que le niegan a quienes se encuentran acorralados en esa zona destruida por los incesantes bombardeos. ¿Ayuda alimentaria?, que cinismo y qué hipocresía el de estos monstruos.
Insisto, y me van a disculpar, pero mantengo mi posición en el sentido de que cuantos más nos informemos realmente de lo que está pasando en Gaza, y cuantos más se sumen a la condena en todo el mundo, más presión habrá para los gobernantes y mucha más para los asesinos.
Una condena, si quieres, pequeñísima, de apenas un gesto, un enunciado que diga por ejemplo, ¡alto al genocidio!, con ello sería mucho, por que como lo decía Bertolt Brecht, aquí todos son necesarios de alguna manera. (“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”).
¿Qué a qué aspiro con tanto insistir sobre la denuncia contra Israel y Estados Unidos, por el genocidio en Gaza? pues a que uno de mis amigos retome la denuncia y la replique ante sus contactos y redes. Qué un compañero o compañera que me tiene entre sus contactos, lo comente, lo discuta, lo replique. Lo hable con otros y otras. Aspiro a que otros oigan, vean, escuchen el llanto, el dolor, el hambre, la desesperación, el grito.
Aspiro a que ello se incube en la conciencia de las mujeres y los hombres que conozco y en aquellos que no conozco, a que hagan suyo el dolor de otros, de los palestinos de Gaza, de la rabia de los palestinos de Gaza.
Aspiro a que se sumen otros a la demanda de que el gobierno de México deje de ser cómplice y rompa relaciones con Israel y exija que se detenga la barbarie.
Aspiro a que no seamos cómplices nosotros y nosotras. A exigir que los diputados y diputadas y los senadores y senadoras y los gobernadores y gobernadoras se pronuncien y exijan un alto al genocidio en Gaza.
Qué no se hagan tontos y tontas los que dirigen los partidos políticos progresistas, que digan públicamente sus verdades en torno a estos terribles hechos.
Qué no se hagan tontos y tontas los diputados y las diputadas del partido en el gobierno y los que, preocupados por nuestro bienestar, pretenden ser candidatos y mal gobernarnos. ¿Por qué, si callan ante este terrible hecho, que calidad humana podrían tener?
Aspiro que digan cosas que valgan y dejen de decir banalidades. No lo harán por cuenta propia. Lo harán si los obligamos y, por eso, como las “chancharras”, friego todos los días.
