Morelia, Mich., 12 de septiembre del 2025.- Aunque, por temor, se reservaron los nombres de los afectados, grupos de animalistas señalaron a un elemento de la Guardia Civil como presunto responsable del robo de mochila, carteras y laptops en el foro que el pasado 5 de septiembre realizaron en Uruapan.
Más de 40 asociaciones animalistas se reunieron el pasado 5 de septiembre en el Hotel Holiday Inn, de Uruapan, con la finalidad de diseñar estrategias comunes en defensa del derecho animal.
Puesto que fueron muchas las sociedades protectoras de animales las que asistieron a ese foro, se solicitó la custodia de la Guardia Civil para proteger a los activistas que llegaban de otros municipios y otras entidades para fijar postura sobre la protección y el bienestar animal.
Pero nunca tomaron en cuenta que al evento se colarían animales mutantes, esos que pululan en todas partes, incluidas instituciones de gobierno y corporaciones policiacas, y a los que, coloquialmente, se les conoce como “ratas de dos patas” a hacer de las suyas y se llevarían -robaron, pues- carteras, celulares, una mochila completa, tarjetas de créditos y laptops.
El hurto se consumó mientras los activistas por los derechos de los animales, fijaron un receso, en el desarrollo del foro, para acudir a comer dentro del mismo hotel; ese intermedio fue aprovechado por la “rata de dos patas”, vestida de azul, para robar las pertenencias de los defensores del derecho animal.
Obviamente, como no hay regla sin excepción, el único animal por el que no se alza la voz es por ese mutante, esa “rata de dos patas” al que debe aplicarse la ley, castigarlo como se merece y responda por sus ilícitos actos.
Tienen miedo los animalistas, porque el sujeto que les robó, presuntamente miembro de la Guardia Civil, cuenta con las credenciales de los afectados y, en consecuencia, sabe dónde localizarlos.
Sea de la Guardia Civil local, de Uruapan, o la de Michoacán, las autoridades, municipales o estatales, deben conocer perfectamente al hechor porque ahí está un vídeo y la foto de la patrulla para que procedan legalmente contra ese elemento, si no lo hacen, ese silencio los convierte en cómplices.