Por Lucio Izquierdo
Andrés Manuel López Obrador vio, vio y venció. Con su presencia el pasado fin de semana en Michoacán, López Obrador despojó a Silvano Aureoles Conejo de la bandera que venía ondeando en su afán de mantener polémica con la actual administración federal. Aureoles Conejo se envolvió en la cobija de la federalización del sistema educativo para argumentar que de esa manera Michoacán habrá de mejorar en sus finanzas, incluso llevó ese tema a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero López Obrador vino y dijo, sin tapujos, que su administración absorberá la nómina educativa y así, sin tantos aspavientos, puso en su lugar al Huache de Carácuaro. A Silvano Aureoles habría que preguntarle por qué perdió tres años en esa petición. O es de lento entendimiento o no quería causarle escozor a su padrino Enrique Peña Nieto y es que el problema financiero, si así se le puede llamar, causado por el magisterio no es de ahora, pero sí es ahora cuando a Silvano se le ocurre reclamar. Y en este tema quien calladita se vería más bonita es Luisa María Calderón Hinojosa, pues también reclama esa federalización y para ella también es la pregunta, por qué no lo hizo cuando su hermano, Luis Felipe Calderón Hinojosa, era presidente de la república. La Cocoa deja entrever que un distanciamiento entre el Ejecutivo federal y el estatal sería perjudicial para Michoacán y tiene razón pues eso ya ocurrió precisamente entre su hermano FECAL y Leonel Godoy Rangel, al grado de llegar al célebre michoacanazo que resultó un fiasco.
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A toda acción corresponde una reacción y esto ocurrió con la presencia de los habitantes de Arantepacua en Morelia, donde causaron algunos destrozos en el Palacio de Gobierno y se enfrentaron a elementos de la Policía Michoacán. Ciertamente no se justifica lo que hicieron, pero se entiende su comportamiento, porque a dos años de la muerte de cuatro de sus compañeros aún no encuentran la justicia que demandan. Con este ya son dos los casos con los que le dieron la bienvenida a José Martín Godoy Castro como secretario de Seguridad Pública y en ambos no salió bien librado. El primero de ellos tuvo lugar en el libramiento Sur de Morelia, sitio en el que elementos de esa corporación tuvieron un altercado con un trailero a quien le dispararon, a las llantas del tráiler y, presuntamente, a la cabina del conductor. Al respecto el abogado Ignacio Mendoza Jiménez, uno de los damnificados por el michoacanazo de FECAL, señaló que los policías, en el caso del trailero, inauguraron, en Seguridad Pública, el método Godoy Castro, es decir la violación a los derechos humanos de los ciudadanos y el abuso policial. Mendoza Jiménez recordó que en su paso por la Procuraduría José Marín Godoy Castro acumuló más de 2 mil 800 quejas en la Comisión Estatal de los derechos Humanos. Ojalá que con estos antecedentes del torpe funcionario estatal Gody Castro, Silvano acepte que cuenta con gente dentro de su gabinete de un bajo y rancio perfil