Por Lucio Izquierdo
- Como en educación, salud es un nido de irregularidades.
La paralices de gobernar de Silvano
De acuerdo con oficios girados por personal de enfermería, desde septiembre de 2014 se desconocía la existencia de un pediatra que atendiera las situaciones críticas de los neonatos en las guardias nocturnas de los domingos en el Hospital Civil “Dr. Miguel Silva” de Morelia. Esto durante la administración de Salvador Jara Guerrero, el lacayo del nada apreciado en Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes. Para marzo de 2015 la situación en el Hospital Civil, en torno a ese asunto, seguía siendo igual. Ese mismo mes y año, se constató la firma de entrada del neonatólogo Salvador Cuauhtémoc Pérez García a quien, hasta esa fecha, personal de enfermería de ese nosocomio no lo conocía físicamente. Al firmar de entrada se supone que ese médico está brindando atención a los pacientes, “lo cual es falso” pues no asiste, y eso, la firma de entrada, es el motivo que impide el ingreso, la contratación, de un pediatra “con alto grado de ética y profesionalismo”.
Otras irregularidades señaladas en ese entonces incluyen la ministración de fármacos por médicos en formación, situación que, entre otras cosas, ha ocasionado “estados críticos para los pacientes obstétricos poniendo en riesgo su vida”.
Para agosto de 2015 la ausencia de un responsable con la especialidad de Gineco-Obstetricia seguía vigente y solamente se tenía con mayor grado académico a un Residente 3 de Gineco-Obstetricia.
En enero de 2016, ya con Silvano Aureoles Conejo como gobernador, se reportó que un mes antes se presentó un caso que requería la presencia urgente de un pediatra y no lo había, pero sí estaba la firma de entrada del especialista, y de quién cree que era, sí, adivinó usted, de Salvador Cuauhtémoc Pérez García. Dos años cobrando este angelito sin trabajar, dos administraciones gubernamentales que lo permitieron.
Las irregularidades en el sector salud estatal obligaron al gremio de enfermeras a denunciar ante el Colegio de Enfermeras Michoacano (CEMAC), bajo la presidencia de María Teresa Maldonado Guiza, las precarias situaciones laborales que viven y señalaron sobre cargas de trabajo; condiciones insalubres en los nosocomios, contacto directo con secreciones, fluidos y pacientes infecto-contagiosos.
Para agosto de 2018, se reitera y se vuelve a denunciar que “en el servicio de urgencias obstétricas la consulta queda a cargo de médicos en formación académica”.
Y, bueno, las cosas siguen igual y hay que sumarle la falta de medicamentos, al grado de que familiares de pacientes tienen que comprar hasta agujas porque en el Hospital Civil ni con eso cuentan.
Todas esas irregularidades pasaron con Carlos Aranza Doniz, Silvia Hernández Capi y Diana Celia Carpio Ríos, como secretario y secretarias de Salud, y por la ausencia de acciones para solucionarlas no es de extrañar que a ésta última le haya brotado el caso de mujeres embarazadas que presentaron problemas de salud en el “Dr. Miguel Silva” y que Diana Celia Carpio Ríos calificó de “evento adverso” a la aplicación de anestesia, diagnóstico que le fue refutado de inmediato por personal de enfermería que la corrigió y señaló que lo ahí ocurrido fue una infección nosocomial, es decir que las mujeres se infectaron en el mismo hospital.
Como en educación, el sector salud en Michoacán, está de cabeza, ¿será que Silvano Aureoles Conejo, su administración, no ha tenido la capacidad frenar esas anomalías y por eso quiere aventar la piedrita y federalizar la nómina de salud y que sea el gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador el que las enfrente y busque corregirlas? ¿Usted, qué cree. Sabe, o no sabe gobernar Don Silvano? ¿ Le gustara la película el “Mundo de los AVIONES” , del extinto rey del humorismo blanco capulina?.