Por Lucio Izquierdo
Cuando se está llegando a la meta se mira hacia atrás y, en un ejercicio de autocrítica honesta, se evalúan los alcances y qué tanto se ha avanzado en las metas y objetivos trazados.
Esa evaluación es esencial tanto en lo individual como en lo colectivo y es fundamental en quienes desempeñan un cargo de elección popular porque sus promesas de campaña son el rasero con el que la sociedad mide su desempeño.
En el caso de Silvano Aureoles Conejo la ciudadanía, aunque él y sus vasallos las minimicen, ha expresado su sentir a través de encuestas que lo ubican recurrentemente entre los gobernadores que no abandonan el TOP 5 de los peor evaluados.
Y razones no le sobran al ciudadano. Los fracasos han sido el tono de su administración sus programas bandera, A toda Máquina y Beca Futuro, fueron un fiasco, un fracaso rotundo.
En un informe del Instituto Mexicano para la Competitividad relacionado con la transparencia en los estados, Michoacán fue ubicado en los últimos lugares. Opacidad pura, pues.
En su toma de protesta Silvano Aureoles Conejo afirmó que en un año, Morelia, Uruapan y Lázaro Cárdenas, serían municipios seguros, y Michoacán, en un plazo no mayor a tres años, un estado seguir.
Palabrería pura, compromisos incumplidos. La inseguridad lejos de disminuir se ha incrementado. Silvano, es un fiasco. Es como una oferta de Buen Fin, falsa.
Y en finanzas, ni se diga, ahí Carlos Maldonado es un deudor consuetudinario, a todo mundo le debe. Es la personalización misma del “NO HAY”, el célebre personaje de Héctor Suárez.
Y Carlos Maldonado no solamente niega el pago a proveedores, empresarios, constructores o la Junta de Caminos, sino que ahora hasta jinetea el dinero de los trabajadores que tienen descuento vía nómina.
El NO HAY, o sea Carlos Maldonado, les descuenta a los trabajadores, pero no les paga a las financieras. En este caso, ¿Carlos Maldonado actúa por su cuenta o son órdenes de Silvano?
A estas alturas, cuando ya está por llegar al final de su administración, un año le queda, el 2020 y serán 24 meses en los que, si en el trecho recorrido poco lo tomaban en cuenta, Silvano será ignorado casi totalmente porque quienes tomarán el protagonismo serán los candidatos a su cederlo.
En resumidas cuentas, Silvano y su gobierno son una oferta del Buen Fin, falsa. Y con ello, a Silvano Aureoles Conejo se le augura un Mal Fin de su administración y el perdedor pues será el PRD.