Rogelio Raya Morales
21 noviembre 2022
Cada momento de nuestra historia contemporánea ha significado un conflicto entre dos proyectos o visiones de nación, el cual ha sido de mayor intensidad según hayan sido o sean las circunstancias. Hoy, nadie puede negar que la mayor disputa por el futuro de nuestro país se centra entre una visión capitalista progresista, menos abusiva en la explotación humana y con un sentido del bienestar social mayor a lo que habíamos visto en el periodo neoliberal y, por otro, la visión capitalista conservadora, rapaz y, en los últimos días con un mayor y más visible protagonismo, la visión medieval, ultraconservadora, fascista y nostálgica de la santa inquisición. Entre estos dos extremos se mueve, hoy en día, la dinámica de la lucha social en México y en muchos otros países de nuestro continente y aún de otros.
Esa es la fuerza y la importancia de la marcha del 27 de noviembre. No es cierto que se marche sólo por la reforma electoral, se marcha para consolidar y reforzar el proyecto progresista de nación que se encuadra en el sobre nombre de 4T.
En esta marcha se hará un recuento de lo que se ha alcanzado hasta aquí y de lo que falta por alcanzar. Dentro de los logros se habrán de destacar: el combate frontal contra la corrupción, el cual, aunque no ha sido del todo victorioso porque aún hay mucho por hacer en este campo, es mucho lo que se ha logrado. Declarar la corrupción como delito grave y desterrarlo de la política federa, así como sentar las bases para eliminar de raíz la impunidad, que es la otra cara de la corrupción, no son logros menores; uno de los triunfos históricos, es el haber acabado con los ostentosos privilegios que portaban la clase política y la clase empresarial del círculo rojo, y lo cual se refleja en que ahora ya pagan impuestos los grandes propietarios y ya es constitucional que no habrá condonación de los mismos o regreso de recursos vía los mecanismos fiscales; relanzar nuestra economía con base en una recuperación de nuestra soberanía política y económica, lo cual dará frutos en un futuro no tan lejano, es otro logro; sin duda se informará de la importancia de cómo se ha fortalecido el sector estatal de la economía y de cómo impactará esto, en el futuro, en la creación de empleos de mayor calidad.
Un éxito, que no tiene reproches, salvo en los devaneos de la canalla opositora, son los programa sociales, dentro de los cuales el apoyo a los jóvenes, a los discapacitados, a los adultos mayores, entre otros, son de vital importancia en la disminución de la desigualdad que nuestra golpeada sociedad sufrió durante décadas; el presidente informará sobre el avance en el combate a la inseguridad, al crimen organizado que sigue teniendo fuertes nexos con la clase política y empresarial desterrada de los privilegios, el cual se entiende como un combate con resultados, no en el corto, sino en el mediano plazo y con el incremento del bienestar social como palanca principal; se dirá también sobre lo que se avanza en nuestro sistema de salud y en muchos otros campos; no dudo que también se harán presentes esferas en las que no se ha avanzado mucho: educación, por ejemplo. En fin, estoy seguro que se hará un amplio recuento de lo hecho hasta hora y de lo que nos falta por lograr. Desde luego que será una marcha festiva, alegre y con todo el entusiasmo de quienes defienden un mundo mejor.
Esto es lo que diferencia a la marcha del 27 de la marcha de la mentira y la infamia del día 13. Pequeñas diferencias.
Pero también, todo esto significa que no se está, ni tantito, en la idea de dejarle el paso a lo podrido que ya conocimos en la administración de nuestra nación. Por eso, hay una gran algarabía y una excitación nacional por participar en esta marcha que significa cerrarle el paso a la ultraderecha confesional e hipócrita. La disputa por la nación sigue y se manifiesta, en este momento, bajo estas formas de lucha.
Pd. Dejamos para la siguiente entrega, el comentario de la visita reciente del presidente AMLO a Michoacán, la cual ya comienza a generar murmuraciones con relación a la ausencia de proyectos y apoyos que necesitamos en el estado. Desde luego, bienvenido nuestro presidente, pero casi fue una visita de cortesía, solamente. Al menos no se sabe más al respecto.