Por Pánfilo Naranjo
El proceso electoral del pasado dos de junio arrojó como resultado que ninguno de los tres partidos políticos de reciente creación mantendrá su registro y, sin duda, de los partidos estatales, el gran perdedor es el Partido Encuentro Solidario (PES) que sin la talla de un personaje como Hipólito Mora (qepd) compitiendo con sus colores, se fue al limbo político.
Para los comicios del presente año, en Michoacán se unieron al abanico de institutos políticos los partidos Michoacán Primero, del peón de Alfonso Martínez Alcázar, es decir Antonio Plaza Urbina; Tiempo por México, presidido por Karla Martínez, hija del líder transportista José Trinidad Martínez Pasalagua, y, Más Michoacán del ex gobernador Jesús Reyna García. Ninguno de ellos alcanzó el 3 por ciento de la votación requerido para mantener el registro como partido estatal.
A ellos se unió el PES que en el proceso electoral del 2021 logró mantener su registro e incluso alcanzó una diputación plurinominal en la persona de Luz María García García. Y, honor a quien honor merece, eso se debió, indudablemente, a que el PES llevó como candidato al gobierno del estado al célebre luchador social Hipólito Mora (qepd).
Para el 2024, sin una figura de ese calibre, con el PES convertido en patrimonio de las familias García García y López García, el cielo se les nubló y les cayó y un aguacero que, prácticamente, los arrastró al drenaje donde desagua la podredumbre política.
Luz María García García y Eder López García –madre e hijo, aquella diputada y este dirigente estatal del PES, el clan familiar que masacró al PES- pecaron de soberbios y anticiparon, sobre todo el segundo, que incrementarían su presencia, tanto en el Congreso del estado como en los ayuntamientos.
Nada de eso sucedió, al contrario, su nivel de votación fue insuficiente para alcanzar el 3 por ciento requerido para conservar el registro.
El PES, o mejor dicho Luz María García García y Eder López García, tuvieron tres años para acrecentar su membresía, para lograr despertar el interés de la ciudadanía en ese partido, para fortalecerlo, sobre todo sabiendo perfectamente que ya no contarían con un Hipólito Mora en sus filas.
Creyeron que fueron ellos los que conservaron el registro y no, no fue así, eso se debió a Hipólito Mora. Su soberbia los derrumbó y los ubicó en el lugar que merecen.
Ahora bien, esos partidos, iniciado el proceso de liquidación, tendrán que suspender pagos de obligaciones vencidas con anterioridad; abstenerse de enajenar activos del partido político; abstenerse de realizar transferencias de recursos o valores a favor de sus dirigentes, militantes, simpatizantes o cualquier otro tercero, y, entregar de manera formal al interventor, a través de Acta Entrega-Recepción, el patrimonio del partido político para fines de la liquidación, describiendo a detalle los activos y pasivos existentes, así como las contingencias de las que se tenga conocimiento a la fecha de la misma.
Eso tienen que hacer y, sin duda, quien más lo resentirá será el PES pues tendrá que regresar el patrimonio que se forjó con recursos públicos…, los adeudos que tienen deberán cubrirlos, pero, lo hará el clan García García-López García.
Por cierto, los recursos que recibió el PES para el proceso electoral 2024 no fueron cualquier cosa y rebasaron los 21 millones de pesos…buen negocio el formar un partido político.