Por Pánfilo Naranjo
Silvano Aureoles Conejo está transitando del banquillo que utilizó para denunciar, según él, anomalías en la pasada elección estatal, al diván del psicólogo, pues solamente un especialista de esa área médica lo puede ubicar en su realidad y alejarlo de esa absurda obsesión de ser presidente de México.
Aureoles Conejo desde hace tiempo, desde que mal gobernó a Michoacán, ha dejado ver su intención de ser presidente de la república mexicana y esa alocada pretensión solamente se la celebran personas como Guadalupe Aguilera, Octavio Ocampo, Frutis y otros parásitos que rodean al loquillo ex gobernador de Michoacán.
Pocos michoacanos lo toman en serio y la mayoría lo tacha de sinvergüenza, ratero y otros adjetivos que no quiere ver o su obsesión presidencial le impide ver.
En el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) lo han puesto en su lugar. Primero Ana Lilia Guillén Quiroz dijo que Silvano es ratero, pero no tonto y, por esa declaración, se puede deducir que la actual campaña de Silvano sea un escudo para, cuando le finquen responsabilidades argumente que las acciones en su contra son políticas persecutorias en su contra. Esto puede estar haciendo Silvano, pero lo ratero nadie se lo quita.
Más recientemente, Juan Pablo Celis Silva, actual dirigente estatal del Morena, calificó de cómica y siniestra la aspiración de Silvano y tiene razón. Es cómica porque mueve a risa la campaña del ex gobernador y siniestra porque busca protegerse del desastre que dejó en Michoacán.
Y Celis Silva le da la puntilla a Silvano y define sus aspiraciones presidenciales como algo sin importancia y le asiste la razón porque el PRD nada tiene que ofrecer y ni el PRI ni el PAN lo van a arropar designándolo como su candidato.
Ahora, creo que el Morena no debe ni siquiera nombrar a Silvano y ninguno de sus dirigentes debería responder a preguntas que les hagan sobre el nefasto ex gobernador.
De esa manera se le ubica en su realidad, Silvano es alguien sin importancia político-electoral y será noticia cuando lo lleven ante los tribunales por el quebranto financiero de Michoacán.