- El proyecto del Cocodrilario Ecoturístico “El Manglito”, una solución de conservación, educación
ambiental y turismo sustentable impulsado por la Fundación Cambio Climático y Desarrollo
Sustentable, el Gobierno de Michoacán y organizaciones juveniles ante la pérdida de hábitat y los
riesgos por sobrepoblación de cocodrilos
Belém, Brasil, a 13 de noviembre de 2025
En el corazón de la Amazonía, durante la COP30, México llevó un mensaje contundente: la
adaptación climática también requiere aprender a convivir con la vida silvestre que hemos
desplazado y en ese marco, la Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático, en
coordinación con el Gobierno del Estado de Michoacán, presentó el Proyecto de Instalación del
Cocodrilario Ecoturístico “El Manglito”, una iniciativa que busca transformar un conflicto creciente
entre humanos y cocodrilos en una oportunidad de conservación, educación y desarrollo
sustentable.
El proyecto se desarrollará en 3 ha. De las 20.7 que conforman el Área Natural Protegida “El
Manglito”, ubicada en Lázaro Cárdenas, una región donde el incremento de la temperatura, la
expansión urbana y la pérdida de hábitat han detonado un fenómeno crítico: una sobrepoblación
de cocodrilos —incluyendo especies no nativas— que cada vez interactúan más con asentamientos
humanos, generando riesgos para las comunidades y presionando el equilibrio del ecosistema.
Durante la presentación, Omar Guadarrama Cedillo, presidente de la Fundación, explicó que el
aumento de la temperatura global ha acelerado el crecimiento y reproducción de los cocodrilos en
los esteros del Pacífico. “Hoy tenemos cocodrilos saliendo de sus áreas tradicionales debido al
cambio climático, pero también porque los seres humanos hemos invadido su hábitat. Este proyecto
busca crear un espacio resiliente donde se les controle, se les cuide, se genere aprendizaje sobre la
especie y, al mismo tiempo, Lázaro Cárdenas desarrolle un circuito ecoturístico con educación
ambiental.”
El diagnóstico es contundente porque el Estero El Caimán, colindante con la zona industrial de
Lázaro Cárdenas, Playa Azul y la carretera costera, está sobrepoblado y presenta un hecho adicional:
conviven dos especies, el cocodrilo acutus (nativo del Pacífico) y el moreleti (del Golfo), introducido
ilegalmente hace años tras la prohibición de su comercialización. Esta mezcla ha generado
comportamientos más agresivos, desplazamientos y accidentes trágicos, principalmente con niños.
El proyecto propone la construcción de un cocodrilario controlado, con instalaciones seguras y
certificadas, donde los reptiles puedan ser manejados de manera responsable y las comunidades —
incluyendo escuelas y familias— puedan aprender sobre su comportamiento, dieta, importancia
ecológica y formas seguras de convivencia.
El proyecto incluye 1) Un cocodrilario ecoturístico para manejo sustentable; 2) Torre de
avistamiento y zonas de observación seguras; 3) Programas de capacitación comunitaria sobre
especies y ecosistemas; 4) Espacios educativos para niñas, niños y visitantes; 5) Acciones de
ordenamiento ecológico y control poblacional; 6) Un modelo piloto replicable en otras zonas
costeras.
El secretario de Medio Ambiente de Michoacán, Alejandro Méndez López, subrayó la importancia
del proyecto para fortalecer el sistema estatal de conservación: “Este cocodrilario será una gran
ayuda para la administración del Área Natural Protegida. Nos permitirá un manejo adecuado de la
especie, bajo todas las normas nacionales e internacionales. Será un espacio regenerativo donde la
interacción entre seres humanos y cocodrilos sea segura, armoniosa y educativa.”
Recordó que Michoacán triplicó su superficie de áreas naturales protegidas al pasar de 70,000 a
225,000 hectáreas en esta administración, convirtiéndose en un referente nacional.
La Fundación destacó que el cambio climático y la urbanización han acelerado los desplazamientos
de cocodrilos hacia zonas habitadas, por lo que “el cocodrilario brindará control, educación y un
modelo de adaptación climática basado en ciencia”, señaló su secretaria general y responsable
técnica del proyecto, Guadalupe Sánchez Gama.
La presentación también contó con la participación de Faceta Consulta, organización juvenil que
destacó el valor del proyecto como caso ejemplar para la COP30. “Estamos en una COP histórica,
donde cambio climático y biodiversidad se discuten juntos. Iniciativas como esta muestran que la
colaboración entre gobiernos y sociedad civil puede generar soluciones reales. Nos entusiasma
apoyar y seguir estudiando este modelo”, expresó Luis (…), representante juvenil.
Además de su objetivo ambiental, el proyecto permitirá crear un nuevo atractivo ecoturístico al
estar ubicado junto al recién inaugurado boulevard costero, lo que generará mayor afluencia de
visitantes, impulso económico para comunidades locales, empleo verde y programas de educación
ambiental para escuelas de la región.
Con esta propuesta, Michoacán y la Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático buscan
demostrar que la conservación no es enemiga del desarrollo, y que la convivencia responsable entre
personas y fauna silvestre es una pieza clave de la adaptación al clima, y que juntos, sociedad civil
organizada y gobierno pueden sumarse en trabajo colaborativo para sacar adelante proyectos.
La iniciativa ya cuenta con una ruta de trabajo y solo resta completar las autorizaciones técnicas y
regulatorias para su construcción. “Es un proyecto que revitalizará la ciencia, la conservación, el
turismo responsable y la resiliencia climática,” expresó el presidente de la Fundación, Omar
Guadarrama Cedillo.





